miércoles, 7 de noviembre de 2007

Un reencuentro azaroso

Imagínense, apreciados lectores, a un individuo con una burda y triste historia vital encima de su espalda ya debilitada por los años, que se inició, como siempre, en un fortuito trauma infantil y que la sola contemplación de un asno, que pace indiferente en mitad de un hermoso prado, hace reverdecer, una vez más, dentro de su magullada memoria... He aquí la recreación poética de tan absurdo como dramático trance.




INFANCIA VUELTA DEL REVÉS


Orejas flácidas,

Pecho umbrío,

Pezuña monótona

Que vuelve macizo el eco,

Soy yo,

La sombra quemada

Que merodea por la alberca,

Los ojos moribundos

Que te sorben gota a gota

El espasmo de mirarme

Y de amedrentarte,

La baba antigua y solidificada

Que correteaba por tus mejillas

Chamuscadas de vergüenza…

El aire entona una canción

De susurros en mi pelambre.

Rebuzno.

Estalla en ti una melancolía

De regaliz empapado en cieno,

De una piruleta que se comieron

Las hormigas

Aquella noche en que te caíste

Del caballo ajado de sueños,

Aquel día que modeló tus dos luceros

Enarcándolos para siempre,

Aquellos años que hicieron de tu rostro

Un patio donde pacen entrelazados

El rebuzno y la monotonía.



Daniel Rivas

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