Extraña recreación del clásico y, por ende, manido tópico latino del tempus fugit... No se nos permite enunciar el nombre del autor de este breve texto, aunque sí se nos concede reconocer la inequívoca influencia de un soneto de Luís de Góngora, donde se refleja el mismo tópico desde la misma óptica: el devenir del tiempo y su incansable labor de "roedor", "limador" de "años", "horas"...
DE LA BREVEDAD ENGAÑOSA DE LA VIDA
Menos solicitó veloz saeta
destinada señal, que mordió aguda;
agonal carro por la arena muda
no coronó con más silencio meta,
que presurosa corre, que secreta
a su fin nuestra edad. A quien lo duda,
fiera que sea de razón desnuda,
cada sol repetido es un cometa.
¿Confiésalo Cartago y tu lo ignoras?
Peligro corres, Licio, si porfías
en seguir sombras y abrazar engaños.
Mal te perdonarán a ti las horas;
las horas, que limando están los días,
los días, que royendo están los años.
Luís de Góngora
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