domingo, 13 de diciembre de 2009

El paraje solitario

Está el fluir del arroyo
que semeja las cuentas
de un rosario
golpeándose contra las piedras
de sus márgenes,
la hoja solitaria
que quiere desprenderse
de la rama desnuda
porque se ha cansado ya de luchar,
el resplandor artificial
del sol del atardecer
que emnana del arroyo,
burda baratija del ayer
emponzoñado de castración...
Y estoy yo, resplandeciendo
como una luz reflejada
en el agua que reza,
tratando de arrancar
la hoja que quiere morir
pero que no sabe cómo hacerlo,
resistiendo las embestidas
de un arroyo
que despliega ante mí
todas sus letanías
y un rosario pronunciado
desde el otro lado
de sus márgenes.

Yo soy la voz que resuena
cuando calla este paraje solitario...

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